La situación energética local agravada por la invasión rusa a Ucrania

Por: Santiago Geoghegan

Panorama mundial

La invasión del ejército ruso a Ucrania ha traído graves consecuencias a nivel mundial de todo tipo, desde la violación de los derechos humanos más esenciales hasta la ruptura del orden político y económico global.  Uno de los quiebres más relevantes del sistema económico tiene como principal protagonista al sector energético. Esto se debe a que Rusia es uno de los mayores productores y exportadores de petróleo y gas natural del mundo. Para ser exactos, se encuentra en el tercer lugar como máximo productor de petróleo, por debajo de Estados Unidos y Arabia Saudita; segundo como el país con mayor producción de gas natural; y el primero como exportador de este último (Agencia Internacional de Energía [EIA], 2022). 

Los países europeos fueron los primeros en poner este hecho en el seno de las alertas mundiales, no sólo porque el conflicto traería consecuencias humanas y políticas devastadoras a nivel global, sino que la mayoría de estos son energéticamente dependientes del país ruso. En este sentido, en el 2021 el 80% de la matriz energética mundial estaba compuesta por el carbón (27%), petróleo (29%) y gas natural (24%) (Enerdata, 2022).

Es importante detallar esto, ya que, como mostraremos más adelante, las diferentes restricciones económicas impuestas a Rusia para despojarlo del sistema económico trajo como resultado la fuerte suba de los precios en los commodities y productos primarios.

El salto sin retorno

Ante la amenaza del Gobierno ruso de cortar los suministros de gas y petróleo a importantes países de la Unión Europea por oponerse a la invasión, los precios energéticos se dispararon por los aires, lo que derivó que en marzo el precio del gas natural aumentará un 144% (Bloomberg,  Marzo 2022). En el caso del petróleo crudo Brent, tuvo su pico más alto superando los 122 dólares por barril en junio de este año, representando un aumento del 74% respecto al precio promedio del año pasado (Statista, 2022). 

Este tipo de subas golpean directamente a la Industria y al desarrollo económico, debido a que el sistema energético es la base de la vida industrial a nivel mundial. Y que, en este punto, las consecuencias de la invasión y el cese de las exportaciones rusas a Europa han sido protagonistas del desequilibrio energético (luego de la pandemia por COVID-19). Según Statistical Review of World Energy realizado por BP, el 37% del gas utilizado por la Unión Europea proviene de Rusia, el 20% del carbón, y el 25% en 2021 (Statistical Review of World Energy, 2022).

Sabiendo que el 40% del gas natural en Europa proviene de Rusia, y el 25% del petróleo, el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, sostuvo en el foro global de energía en Sidney que “el mundo nunca ha sido testigo de una crisis energética tan grande en términos de su profundidad y complejidad”, agregando que “esta es una gran preocupación, y esto puede tener serias implicaciones para la economía global”. Es de suma importancia mencionar que los costos de la matriz energética puede generar un peso importante en las variaciones inflacionarias de los distintos países del mundo. En palabras de Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, “La energía ha sido el factor principal detrás del fuerte aumento de la inflación general de los precios al consumidor en la zona del euro”, sosteniendo que “entre abril y diciembre de 2021, la energía contribuyó, en promedio, más del 50% a la inflación medida por el IAPC” (Periódico de la Energía, 2022). 

Como vemos, las consecuencias derivadas de la invasión de Rusia a Ucrania afectan a gran parte del mundo, más a aquellos países que se oponen a esta maniobra ilegal y armada por parte del país invasor. Los mismos sufren un ajuste monumental en sus importaciones, generando así el alza de precios, debido a las alzas tarifarias del transporte y la producción, sumado a los efectos dramáticos de una economía recién salida de una crisis sanitaria como fue la del COVID-19.

Turbulencias argentinas

Si el mundo entró en una crisis inflacionaria y productiva, Argentina no iba a ser la excepción a la regla. La pregunta que intentaremos responder es la siguiente: ¿Cómo afecta la crisis energética mundial a la Argentina?

El mercado energético local posee en su seno a los hidrocarburos como la principal fuente energética del país, contemplando a fines del 2020 el 61% de la producción total. Esto quiere decir que, las subas de precios mundiales en este tipo de bienes primarios pueden causar ajustes en la economía local, lo cual fue lo que ocurrió y viene ocurriendo durante los últimos meses. El proceso inflacionario que atraviesa nuestro país es el más severo de los últimos treinta años, con una inflación proyectada superando los tres dígitos para fines de este año. Es relevante destacar esto, pues los precios de productos como alimentos, electrodomésticos, indumentaria y rodados están directamente condicionados por los precios provenientes del sector energético, ya que sin energía, la industria no funciona. Datos recientes publicados por el INDEC del mes de julio, muestran que la variación porcentual mensual en los precios de petróleo y gas comparados con el mismo mes del año pasado fue de casi el 50%, 48.6% para ser exactos, mientras que los derivados del petróleo variaron un 66% (INDEC, 2022). 

La principal causa de la abrupta subida en los precios de los hidrocarburos es que la producción local no puede cubrir la totalidad de demanda que requiere el mercado. La falta de inversiones durante reiterados años por problemas económicos y políticos llevaron al deterioro paulatino de la matriz energética productiva, teniendo así efectos negativos de insuficiencia, no llegando a un equilibrio entre oferta y demanda, lo que produce la dependencia internacional en el sector. Esto último refiere directamente a la posición Argentina dentro del mercado mundial de hidrocarburos, que con su dependencia atrae, en situación de crisis mundial, la salida extrema de dólares, desgastando la balanza comercial, para cubrir parte de la demanda. 

Según datos oficiales de IEA, el precio promedio de las compras del año 2022 fue de 28.82 USD/MMbtu mientras que en 2021 y 2020 fue de 8.33 y 2.96 USD/MMbtu respectivamente. Hablamos de una variación del 246.98% y 872.97% del precio. Las compras de GNL al mes de julio totalizan USD 2,884 millones por 41 cargamentos, cuando el año pasado se invirtieron USD 1100 millones por una cantidad algo inferior. Como consecuencia del deterioro de la producción, y la falta de respuesta a la demanda, agravado por el alza en los precios debido a la Guerra entre Rusia y Ucrania, la balanza comercial energética acumulada a junio de este año se encuentra 750% por debajo de la misma el año pasado. (Instituto Argentino de la Energía, 2022)

Crisis energética

La invasión rusa trajo desestabilidad económica, política y social a un mundo golpeado por una crisis sanitaria histórica. Las consecuencias de las decisiones del país ruso pusieron en jaque a la economía energética mundial y, así, al desarrollo productivo y a las industrias, debido a que sin un sector energético estable, no hay estructura económica viable.

La dependencia energética local ante la falta de respuestas de los distintos gobiernos en temas de inversión y acompañamiento para la mejora del sistema productivo e industrial puede fuertemente agravarse ante situaciones de crisis políticas profundas en el plano internacional. Esto afecta a toda la población local, llevando al desarrollo económico a niveles mínimos históricos, acompañados de una fuerte inflación por ajustes en los precios internacionales de los bienes primarios. Las cuentas fiscales si antes ya se encontraban en un desequilibrio monumental, gracias al alza de los precios energéticos, y sus consecuencias, ahora se hallan en un barril sin fondo sin soluciones.

Si bien ya los problemas estacionales energéticos locales se están disolviendo con el fin del invierno, no hay respuestas políticas y de carácter económicas para paliar el problema el año siguiente. Para que esto suceda, la matriz energética debe cambiar 180 grados y destinar su rumbo no a la dependencia internacional, sino al mejoramiento de la estructura económica que puedan atraer las suficientes inversiones como para generar estabilidad en el mercado local, y dar respuesta a las demandas del consumidor.

Bibliografía

Fernández, R. (9 de agosto de 2022). Precio medio anual del petróleo crudo Brent”. Statista. https://es.statista.com/estadisticas/635116/precio-medio-anual-del-petroleo-crudo-brent/

“Energía y clima mundial-Anuario Estadístico 2022”. Enerdata, 2022.

https://datos.enerdata.net/gas-natural/consumo-mundial.html

Roca, R. (11 de enero de 2022). “El BCE advierte que los altos precios de la energía generarán mayor inflación en Europa”. Periódico de la Energía. https://elperiodicodelaenergia.com/el-bce-advierte-que-los-altos-precios-de-la-energia-van-para-largo-y-generaran-mayor-inflacion-en-europa/

“Statistical review of World energy 2021”. BP. 2022

https://www.bp.com/en/global/corporate/energy-economics/statistical-review-of-world-energy/oil-gas-and-coal-trade.html

“Sistema de índices de precios mayoristas”. (Julio de 2022). Instituto Nacional de Estadística y Censo.

/https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipm_08_229AAF32CBEC.pdf

Rojo, J. (Julio de 2022). “Informe de Tendencias Energéticas”. Instituto Argentino de la Energía.

https://www.iae.org.ar/wp-content/uploads/2022/08/Informe-de-tendencias-IAE-Mosconi.-Jul-2022.pdf