El Rol del G20 en la Política Exterior Argentina (2008-2019)

Por: Agustín Mendez Posadas

Introducción

El G20 es uno de los grandes pilares de la política exterior argentina. Enmarcado en una estrategia de multilateralismo, la Argentina ha buscado siempre darle un rol protagónico al foro a la hora de abordar las cuestiones centrales para el país. Sin embargo, las estrategias y las formas de participación han variado a medida que pasaron los años, y los gobiernos. Es por esto que este artículo tiene como objetivo comparar el rol que tuvo el G20 en la política exterior en los gobiernos argentinos entre 2008 y 2019.

Los orígenes del G20 y de la membresía argentina.

Tanto el G20 como su creador, el G7/G8, nacieron de la crisis (Hajnal, 2019). El grupo de los 8 surgió como respuesta a la crisis del petróleo de 1973 y funciona como un foro con el objetivo de coordinar y discutir la política económica internacional. El G20, por su parte, se constituyó como producto de las sucesivas crisis que se dieron en países de América Latina y Asia en la década del 1990. Estas demostraron que el G8 no podía evitar los problemas financieros globales sin la participación plena de las demás economías importantes del globo, y que se necesitaba reforzar la arquitectura financiera internacional con el objetivo de prevenir futuras crisis (Deciancio y Tussie, 2019). Fue por esto que, durante la Cumbre del G8 de Colonia (1999), se creó el G20, un grupo conformado por las 20 mayores economías del planeta.

En un principio, las cumbres del G20 tenían una orientación más técnica y participaban solo los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los Estados miembros. Sin embargo, tras la crisis financiera de 2008, se llegó a la conclusión de que la coordinación no había sido satisfactoria y debían incluir a los líderes de los distintos países en la discusión (Deciancio y Tussie, 2019). La primera cumbre de líderes del G20 se realizó en 2008 en Washington DC y, desde entonces, se realizan todos los años.

La Argentina forma parte de la organización ya que se había estipulado que el grupo debía incluir a los Estados sistémicamente importantes y, a su vez, se debía respetar un balance regional (Hajnal, 2019). A su vez, se facilitó el ingreso del país por las buenas relaciones que había entablado la gestión Menem con los Estados Unidos (Deciancio y Tussie, 2019), y por la necesidad de incluir a los países altamente endeudados,como Argentina o Turquía, para lograr evitar sus crisis, ya que rápidamente se podían extender a sus respectivas regiones (Schweitzer, 2016).

La participación argentina durante las presidencias de Cristina Fernández de Kirchner (2008-2015) 

Con la aparición de las cumbres de líderes, el bloque se volvió una prioridad central en la política exterior de nuestro país, bajo la premisa de llevar a cabo una política multilateral. La Argentina buscó aprovechar este foro y expresar la postura del gobierno sobre diversos temas considerados de vital importancia para el país.

A partir de la cumbre de Pittsburgh en 2009, el G20 se instaló como el principal foro de discusión para la cooperación económica internacional. La Argentina, junto a otros países emergentes, tuvo un gran protagonismo en la decisión adoptada para que el G20 tenga mayor poder de decisión a nivel mundial, postura que terminó triunfando por sobre el deseo de algunas potencias centrales de mantener al G8 como el centro de referencia de discusión económica internacional (Deciancio y Tussie, 2019). No obstante, a medida que las cumbres fueron avanzando y la economía internacional empezó a mostrar signos de recuperación, la relevancia de las cumbres del G20 fueron disminuyendo progresivamente (Deciancio y Tussie, 2019).

Las propuestas impulsadas por la Argentina en el G20 durante este período se basaron en dos pilares: políticas laborales y reformas a las instituciones financieras internacionales.

En la dimensión laboral, el país fue un impulsor fundamental en la incorporación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la mesa de discusión del G20 en calidad de observador (Schweitzer, 2016). A su vez, Argentina y Brasil se manifestaron en numerosas ocasiones en contra de las políticas de flexibilización laboral propuestas por algunos países europeos y realizaron una defensa de las políticas fiscales y monetarias como estimuladores del mercado de trabajo.

Por otro lado, la dimensión financiera fue la bandera central de la política argentina en el G20 y en donde encontramos la mayor cantidad de propuestas. Las temáticas centrales de esta dimensión fueron la reforma de los procesos de reestructuración de la deuda soberana, reforma de las calificadoras de riesgo internacional, eliminación de los paraísos fiscales, regulación de los fondos comunes de inversión, reforma al FMI, entre otras (Schweitzer, 2016). 

Asimismo, dentro del G20, la Argentina se movió con una red de aliados que variaba según las temáticas. En los temas de política laboral, el país recibió el apoyo de Brasil, Francia y los Estados Unidos. En las propuestas de reforma a las evaluadoras de riesgo, se actuó junto a Rusia, India y Sudáfrica. El tema de la reforma a los procesos de reestructuración de la deuda soberana fue un caso especial, en un principio se contó con el apoyo de Brasil, China, Rusia y Francia. Sin embargo, a medida que las cumbres del G20 iban perdiendo relevancia, se determinó que esta cuestión era un problema interno de la Argentina, y que no constituía una falla estructural del sistema financiero internacional. De esta forma la delegación argentina perdía apoyo en uno de los temas que consideraba central (Schweitzer, 2016).

La participación argentina durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019)

Con el cambio de gobierno se comenzaría a implementar una nueva lectura del sistema internacional y el rol que la Argentina podía desempeñar en el mundo. Durante la gestión kirchnerista, el sistema financiero internacional sería concebido como un ámbito de hostilidad y una amenaza para el desarrollo del país (Frenkel, 2016). Con la gestión Cambiemos, se volvió a una mirada más auspiciosa de la globalización y, bajo el lema de “volver al mundo”, se buscó construir “relaciones maduras” con los principales actores del mundo, en especial Europa y los Estados Unidos (Frenkel, 2016).

Uno de los efectos que tuvo esta nueva política fue la de abandonar las posiciones críticas en los órganos multilaterales, como fue el caso del G20. En este contexto de cambio, el gobierno resolvería el litigio con los “fondos buitre” y abandonaría el proyecto de generar un marco regulatorio de las reestructuraciones de la deuda externa, impulsado por el gobierno anterior (Frenkel, 2016).

A su vez, el suceso central de este período fue la presidencia argentina del G20 en la cumbre de Buenos Aires de 2018. Este encuentro se dio en un momento muy particular en el mundo: el Brexit, el ascenso de Donald Trump, el surgimiento de los nacionalismos europeos y el resquebrajamiento de la coordinación en Sudamérica llevaron a un inédito cuestionamiento a la globalización y al multilateralismo. 

En este contexto, el gobierno argentino planteó una agenda “lavada”, evitando los temas tradicionales de la región (como la desigualdad económica) y los temas relevantes en el contexto internacional, para no entrar en conflicto con Estados Unidos o China (Deciancio y Tussie, 2019). Los ejes centrales de la cumbre fueron: el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo, y un futuro alimentario sostenible (Botta, 2018).  A su vez, la Argentina buscó actuar como un Honest Broker, es decir, como un mediador entre las grandes potencias y los países en desarrollo y, particularmente, entre los Estados Unidos y China, en un momento de acalorados conflictos comerciales (Merke y Zaccato, 2018).

De esta manera, los objetivos particulares de la gestión del presidente eran utilizar a la cumbre como una plataforma de venta al mundo, obtener inversiones y llevar a cabo encuentros bilaterales con los líderes de los países desarrollados (Deciancio y Tussie, 2019). La presidencia del grupo fue una pieza fundamental en la estrategia de “reinserción al mundo” y se presentaba como una oportunidad para demostrar la confiabilidad del país, tanto en temas económicos como en su rol de mediador entre las grandes potencias.

El balance de la cumbre fue positivo ya por el simple hecho de haber logrado conseguir la asistencia de todos los líderes y la redacción de un documento final en un contexto de intensas competencias globales (Deciancio y Tussie, 2019). Asimismo, durante las reuniones del foro se obtuvieron grandes logros por fuera del G20. Se alcanzó un acuerdo entre China y Estados Unidos, la firma de un nuevo tratado comercial entre México, Canadá y los Estados Unidos y la declaración al Acuerdo de París como “irreversible”. 

El G20 en la política exterior argentina y las incógnitas de la actualidad

Tras haber analizado ambos períodos podemos apreciar que el quiebre en los objetivos de la política exterior entre el gobierno de Cristina Kirchner y Mauricio Macri fue tan marcado como el resto de sus agendas (Deciancio y Tussie, 2019). Sin embargo,  también podemos observar que ambas gestiones le dieron una gran prioridad al G20 en su política exterior. Ya sea como foro para buscar reformar el sistema financiero internacional o como una plataforma de “reinserción” al mundo, ambos mandatarios realizaron una participación activa en el foro y buscaron posicionar al país como un actor de influencia en la discusión económica global.

A su vez estas experiencias nos demuestran las características poco estables del G20, un foro que es muy dependiente del contexto internacional, y de las iniciativas particulares de sus miembros. El foro tuvo un rol fundamental en momentos de crisis internacional y se presentó como una pieza central en la “gobernanza internacional”. No obstante, la realidad muestra que el grupo ha perdido fuerza a medida que las crisis que le dieron origen fueron desapareciendo.

En este sentido, el G20 se encuentra en un contexto delicado. A principios del 2022, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propuso expulsar a Rusia del G20 por su invasión a Ucrania (Gómez, 2022). En consecuencia, frente a este escenario, el foro se encuentra dividido entre los que apoyan esta idea, como Estados Unidos, Canadá y Australia, y los que se oponen, entre los que se encuentran Rusia, China e Indonesia. Ahora, el verdadero problema es que esta disputa pone en juego la integridad del organismo y coloca a la Argentina en una situación delicada, teniendo que elegir entre apoyar la propuesta de Estados Unidos o adoptar una posición equidistante entre la potencia norteamericana y Rusia. Independientemente de la postura que tome el gobierno, todo el mundo está expectante a lo que suceda este noviembre en la ciudad de Yakarta, sede de la cumbre del G20 en 2022.

Bibliografía

Botta P. (2018). El impacto del G20 en la política exterior argentina: hacia una mayor interacción entre decisores y especialistas. Pensamiento Propio, 48, 33-51 

Deciancio, M. y Tussie, D. (2019). El recorrido de la membresía argentina en el G20 (1999-2018): ¿Qué logró como honest broker la Presidencia del Grupo en 2018? Revista Estado y Políticas Públicas. Año VII, Núm. 12, 165-177.

Frenkel, A. (2016). ” Muevan el mundo que me quiero subir”: Política exterior e integración regional en el gobierno de Mauricio Macri. 

Gómez M. (2022). Rusia se resiste a dejar el G-20 para no convertirse en un paria internacional. El País, https://elpais.com/internacional/2022-03-24/rusia-se-resiste-a-dejar-el-g-20-para-no-convertirse-en-un-paria-internacional.html

Hajnal P. (2019). The G20: Evolution, Interrelationships, Documentation. Toronto, Canadá: Routledge. 

Lejtman R. (2022). Alberto Fernández enfrenta el dilema geopolítico de apoyar a Joseph Biden en su decisión de expulsar a Rusia del G20. Infobae, https://www.infobae.com/politica/2022/03/26/alberto-fernandez-enfrenta-el-dilema-geopolitico-de-apoyar-a-joseph-biden-en-su-decision-de-expulsar-a-rusia-del-g20/

Merke F. y Zaccato C. (2018). Introducción: el G20 en tiempos inciertos. Pensamiento Propio, 48, 15-30. 

Schweitzer L. G. (2016). La trayectoria de Argentina y Brasil en el G20 entre 2008 y 2015. Buenos Aires, Argentina: Universidad Torcuato Di Tella.