Marysol Rodríguez pasó por la Escuela de Gobierno 2021

Luego de agradecer la invitación y a todas las personas que se conectaron a la plataforma Zoom “para escuchar lo que tengo para aportar en el tema”, la dirigente industrial Marysol Rodríguez, directora de Sinteplast y referente de la UIA Joven, afirmó que se considera una “industrial de nacimiento, porque al ser parte de una empresa familiar, todo lo que pasa en ellas son cosas con las que una convive habitualmente”, en el marco del ciclo de charlas sobre el “Sistema productivo argentino – Economías Nacionales”, que organiza por la Escuela de Gobierno del Instituto IDEAS, donde se refirió al tema “Desafíos y la Argentina que viene”.

“Veníamos pensando, desde la UIA, en el desarrollo productivo nacional hasta que vino la pandemia, pero ésta puso todo patas para arriba y vinieron los replanteos. Hoy recién estamos empezando a medir las consecuencias que tiene esta pandemia de la economía en general, y en lo particular de la industria, y más allá de los datos puntuales que podemos brindar, para empezar a dimensionar lo que estamos hablando. Un dato muy importante es que la industria, como factor de tracción, como factor de derrame, como un factor de radicación. Porque es muy importante, para un país tan vasto y tan amplio, la localización de las industrias cerca de la provisión del abastecimiento de materias primas. En otro país, tal vez, sería impensable en la industria textil. En Argentina es viable porque tenemos algodón y las hilanderías están cerca de donde éste se produce. Por otro lado, la confección se hace en las grandes urbes y me parece importante hacer esta desagregación, ya que esto genera mucha mano de obra, y en un país que ronda el 40% de pobreza tenemos que pensar, como dirigencia, en cómo hacemos para generar más trabajo privado de calidad, remunerado, registrado”, enfatizó quien se ha coinvertido en la tercera generación de conducción de Sinteplast.

Sobre la visión que se tiene desde la UIA Joven, pensando en el desarrollo productivo, Marysol sostuvo que “la pandemia cambió el mojón. Tenemos una instancia de inicio diferente a la de un año y medio atrás. El 2020 fue el tercer año consecutivo en caída del PBI y de la actividad industrial, que se contrajo alrededor del 6,8% dando un acumulado en tres años de alrededor del 16%, con una pérdida de alrededor de 22 mil empleadores, que son industrias que han cerrado, lo que impacta en una cantidad de menos empleo registrado, que si bien no hay números podemos intuir que entre un 40 y 50% pasaron a la informalidad; estamos hablando de alrededor de 140.000 puestos de trabajo registrados menos. Eso nos tiene que llevar a pensar de qué forma debemos seguir y cuáles son las son los desafíos para el desarrollo productivo”.

La dirigente industrial, de tan sólo 37 años, dio tres datos más que considera relevantes: “la industria tiene hoy el acceso al crédito más bajo a nivel mundial y el más dispar a nivel nacional. Por cada 100 pesos que se prestan en las provincias más desarrolladas, como Córdoba o Buenos Aires, apenas 5 llegan a la industria de las provincias más vulnerables. Por otro lado, la concentración del crédito, en Argentina, está en CABA, que concentra solamente el 7,5% de la población nacional. Y por último, de la cantidad de la masa de financiamiento, que ya es muy baja a niveles globales, el acceso a crédito de mujeres es menor al 10%; y si encima a ese 10% lo desagregamos por región, termina siendo todavía menor. Todos estos son datos que manejamos del Centro de Estudios de la UIA, sacados del INDEC”. 

“La pandemia, como decía, nos puso patas para arriba. Nos hizo descubrir un montón de cosas, entre ellas que podemos seguir teniendo contacto, que podemos seguir trabajando independientemente de la cercanía del lugar de trabajo. Podemos tener estas charlas sin importar donde esté cada uno, pero también quedó de manifiesto la falta de infraestructuras que tenemos para poder pensar en un crecimiento futuro. Tenemos además un déficit energético muy grande. Cuando hablamos de poder recuperar el PBI industrial a niveles de los años 2007 o 2008 tenemos pensar en un crecimiento de dos cifras y tiene que haber una matriz energética que soporte un crecimiento de esa magnitud sostenido en el tiempo. No sólo la generación sino también el transporte de energía. Los desafíos no quedan sólo en materia energética, podemos hablar también del transporte. No tenemos más transporte multimodal, no tenemos políticas públicas que estén pensando en eso ni en el consumo interno real. Con un 50% de pobreza necesitamos generar consumo interno para que pueda haber mayor crecimiento y que esto genere un derrame”, agregó. 

También se refirió a temas que están de moda, pero no asociamos a una cuestión productiva: “La OIT y la ONU Mujeres dicen que la igualdad de género es un buen negocio, y parece que queda en un simple buen slogan. Y está probado por la OIT que si las mujeres ganaran el mismo salario que un hombre, a igual trabajo igual remuneración, las mujeres invierten y derraman en una sociedad, generando un crecimiento del consumo interno de alrededor del 8%. Sabemos que tenemos todos los problemas que hemos planteado, y otros como falta de políticas que incentiven la inversión privada, poco acceso al financiamiento (ni hablar a largo plazo, a tasas razonables para lo que sería capital pesado para instalación de industrias) y por último tenemos algo que nos ponen como ‘el cuco’ que es la industria 4.0 diciendo que nos va a dejar a todos sin trabajo”.

Rodríguez se preguntó cómo hacemos para que todos seamos más productivos y a la vez más competitivos, y ensayó una respuesta a eso: “Acá aparece alguien que nuestro socio, que está siempre y a veces no hace más que ponernos palos en la rueda: el Estado. Y creo que es él el responsable de empezar a sacarnos la pata del lomo y empezar a tener un rol preponderante. Creo en el libre mercado y en la inserción inteligente al mundo, creo que tenemos que abrir las fronteras sin perder nuestras propias industrias que le dan trabajo a nuestra población, Hay que buscar ese equilibrio dónde podamos lograr la inversión extranjera directa, no golondrina, y donde podamos incentivar a los propios inversores, que somos nosotros, los industriales, los empresarios, los que vamos a tener incentivos para seguir invirtiendo. Y lo digo con la tranquilidad de saber que, en mi caso personal, nosotros seguimos invirtiendo, a pesar de… Tengo la suerte de compartir espacios con otros empresarios de mi rubro, a nivel internacional, y hay cosas que no las pueden entender. Por ejemplo, como un cambio presidencial puede favorecer o no favorecer una inversión. Eso en otras partes del mundo no se entiende”.

“Voy a contar una infidencia, nosotros tenemos inaugurado hace un año atrás un centro logístico, un depósito inteligente, que está 100% robotizado, automatizado en sus operaciones, tiene lo que se llama inteligencia artificial porque empieza a retroalimentarse en información sobre los productos que se van despachando. Es el más grande de Sudamérica. Una inversión enorme para nuestra compañía, un desafío a nivel de ingeniería. Sin embargo, en enero de 2019, hicimos las primeras pruebas piloto y estuvimos casi un mes sin poder facturar por la cantidad de cortes de luz que hubo. Los equipos no estaban preparados para los microcortes y acá, en Argentina, un microcorte de menos de un segundo no es considerado corte. Entonces me pregunto: si queremos avanzar hacia la industria 4.0, hacia la robótica, tenemos que generar la infraestructura suficiente para que eso sea posible. Y el gran desafío es empezar a perderle el miedo a cosas que parecen que son de ciencia ficción, y que la industria 4.0 y todo lo que es la inteligencia artificial, los procesos automatizados, tienen que estar al servicio de la mayor productividad. Tenemos que exigir, como dirigentes, empezar a pensar en políticas que nos vuelvan más competitivos, porque ahí tenemos la diferencia entre productividad y competitividad. Este caso puntual es poner de manifiesto esta necesidad de poder trabajar desde la base para después poder ponerle arriba a los fierros que necesitamos”, sostuvo.

Retomando el tema de la industria 4.0, enfatizó que “se necesita una infraestructura, no solamente energética, sino también tener la facilidad para el acceso de capital porque van a impulsar una mayor instalación de equipos a todas las empresas (suelen ser Pymes) que le dan soporte. Así vamos a tener mano de obra mejor remunerada. Hay que perderle el miedo porque seguramente aumentará el empleo directamente, pero vamos a tener mayor productividad, con menos mano de obra directa, pero generando muchísimos puestos de trabajo de calidad. Vamos a dejar de exportar cerebros”, y agregó que “otro de los grandes desafíos como dirigentes es el tema de educación. No estamos educando a nuestros niños, a nuestros adolescentes, ni para que sean empresarios o emprendedores, ni para que tengan la capacidad de ser lo suficientemente versátiles, con un pensamiento crítico, para poder adaptarse a trabajos que todavía no conocemos. Seguimos educación a niños de la misma manera que nos educaron hace 50 años y creo que este es uno de los desafíos más importantes que tenemos por delante. Educamos a chicos con programas y con herramientas que ya están en desuso. Desde la UIA estamos trabajando para no educar a los chicos con un torno mecánico, vamos por el torno numérico. Eduquemos sobre los polos regionales: si no hay hipótesis en la región donde yo estoy instalado de radicación de industrias metalmecánicas, pero si mecatrónicas, pongamos el poco en eso. Necesitamos una mesa de tres patas: el Estado, las industrias y los colegios. Más de una vez me ha pasado de querer conseguir técnicos químicos y no conseguirlos”.

En el último tramo de su exposición subrayó que “siento que tenemos un montón de herramientas como para desarrollarnos, pero a veces también siento que queremos tener derechos y beneficios de países desarrollados, pero vivimos como Uganda. Tenemos el 50% de la población de niños bajo la línea de pobreza, en el conurbano bonaerense todavía hay lugares donde no hay cloacas y agua corriente, y a la vez estamos pensando en un desarrollo que es mucho más amplio. Creo que la industria, en esto, es parte de la solución. Porque donde se radica una industria nueva, no importa el tamaño que sea, empieza a generar arraigo, salarios bien remunerados, trabajos satélites alrededor de la industria, comercio y las industrias no se van. Es muy difícil desarmar una industria. Por eso insisto en que la industria es parte de la solución, sobre todo en un país tan amplio. Tenemos tanto por generar, tanto por desarrollar. La tecnología tiene que estar al servicio de eso. Hoy podemos hacer visitas virtuales, con realidad virtual, por adentro de una fábrica, y el chico que vive en La Quiaca o en Tierra del Fuego puede estar viendo una industria, pasear por un parque o una granja eólica o por un parque solar. Tenemos que utilizar las herramientas que tenemos para poder seguir potenciando esto. Uno no ama lo que no conoce. Recuerdo las excursiones con el colegio a La Serenísima y a YPF, cuando te llevaban a conocer la fábrica. Ahora eso no pasa. ¿Cómo vamos a querer lo que no conocemos?”.