Mercosur: integración necesaria

Por: Ezequiel Potap

El MERCOSUR es un proceso de integración regional que abarca a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Nacido en el tratado de asunción en 1991, enarboló hasta mediados de los 2000, la bandera de la integración regional en el continente sudamericano.

Su integración se estancó en una unión aduanera incompleta, esquivando un crecimiento que abarque diferentes temáticas, en las cuales los países son sumamente interdependientes. Los motivos de ese congelamiento, que ha dejado en estado crítico a la Unión, se pueden deber a diferentes factores, donde resalta sobre todo el político. ¿Pero es solo esto lo que interfiere en el fortalecimiento de la integración?

La respuesta es no. En una primera instancia es importante hacer una comparación con otros procesos de integración regional, como los es ASEAN. La ausencia de éxito político del MERCOSUR es multifactorial, no es un yugo directo de una contraposición ideológica entre los presidentes de turno, sino también en la falta de un enemigo común. En el caso de la ASEAN, desde sus inicios hasta hoy, se pretendió siempre desligarse de los imperialismos, tanto regionales (China), como extracontinentales (EEUU).

La historia cumple un rol fundamental explicándonos este tipo de fenómenos que padecemos hoy día. En el caso latinoamericano no hay una amenaza externa a la seguridad del continente y tampoco hay una nación claramente preponderante históricamente que se pueda imponer. Ejemplo de ello, es el impulso que tuvo el sudeste asiático con la convención de países no alineados en Bandung en 1955 y la conformación de la ASEAN en 1965, 26 años antes que el MERCOSUR.

Haciendo a un lado lo político, el aspecto cultural resulta sumamente relevante en la potenciación de la integración y conformación de un bloque regional sólido, que no depende de los vaivenes de la política interna de sus miembros. Es necesario la creación de una noción mercosureña en nuestro país y los integrantes de la Unión a fin de posibilitar una mayor solidez. Ejemplo de ello puede ser visto en la Unión Europea, con la noción europea que se ha logrado instalar.

El aspecto simbólico constituye un pilar para ello. Un ejemplo burdo y quizás no buscado es la patente MERCOSUR para automóviles. Constituyendo una visión hermenéutica, la simbología cotidiana influye en la perspectiva social. En el caso Europeo tenemos la utilización de la bandera de la Unión Europea como símbolo reafirmante de la pertenencia, fortaleciendo de este modo la noción Europea. Tres generaciones de europeos nacieron con una bandera de la Unión Europea en sus edificios públicos.

La verdadera integración, al igual que pasa dentro de países plurinacionales, tiene dos dimensiones fundamentales; la identitaria, condición necesaria para la conformación de una ciudadanía común; y la de infraestructura, donde el factor logístico constituye un factor elemental en la integración. En la actualidad el comercio en el MERCOSUR depende fundamentalmente del transporte por tierra mediante camiones, si bien es un medio utilizado vastamente a lo largo y ancho del mundo, algo que caracteriza unánimemente a la región es su pésima infraestructura vial. Por tanto y entonces, se convierte en algo costoso y tedioso que termina por desalentar el intercambio. Es por ello que es fundamental incentivar otras vías disponibles de uso como las hidrovías y aún más, la intercomunicación ferroviaria.

La hidrovía constituye un factor clave en el aparataje de costes y a su vez en el volumen de exportaciones, que posibilita la exportación no solo dentro del bloque sino al exterior. Este último punto es fundamental para la región norte de Argentina y Paraguay en general.

Por otro lado se encuentra el sistema ferroviario que ha mostrado su importancia a lo largo del mundo. Dentro del bloque, Argentina cuenta con un sistema ferroviario desarrollado y con una gran potencialidad producto de su pasado y actual renacimiento. La geografía de la frontera (foco del comercio) está caracterizada por un gran flujo fluvial por lo que un sistema ferroviario sería costoso de desarrollar, aunque permitirá eludir las dificultades climáticas que interpelan al transporte fluvial.

Dicha conectividad fomenta ampliamente el crecimiento del volumen de exportaciones internas y externas del bloque en sí, y facilita a regiones lejanas a la costa atlántica a acceder a exportaciones a un menor costo. Ello haría mucho más competitiva la producción regional, permitiéndonos exportar no solo materias primas, sino manufacturas con sello MERCOSUR.

En la actualidad las redes ferroviarias existentes de los países miembros no se encuentran articuladas. Su ampliación facilitaría el intercambio entre las subregiones sudamericanas y abriría puertas a una integración futura.