Pandemia asistida

Por Iván Perkins y Antonella Pérez

Hace más de diez años que la economía argentina se encuentra atravesando un estancamiento, el cual viene combinado por un alto proceso inflacionario. Por otra parte, podemos observar a los altos niveles de gasto público, la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y la baja inversión y productividad, como consecuencias de la situación económica existente. Como si no era suficiente la crisis económica que estaba atravesando el país, en el 2020 se sumó la pandemia de Covid-19. 

Esta situación excepcional ha impactado de manera negativa sobre la población argentina, empujando al Gobierno Nacional a tomar medidas económicas al respecto. Contemplando los índices de pobreza existentes en el país, el Estado ha optado por realizar transferencias monetarias sin contraprestación con el objetivo que los porcentajes de pobreza existentes no se acrecentaran. 

El objetivo de este artículo es demostrar, brevemente, el impacto de las medidas tomadas por el Gobierno de Alberto Fernández como respuesta a la pandemia del coronavirus, sobre los valores de los índices de pobreza e indigencia existentes en el país; temática analizada en profundidad en el informe “Pobreza y Asistencia Social”, publicado por el Observatorio de Desarrollo Económico e Innovación.

En primer lugar, realizaremos un recorrido por la situación social en argentina, para analizar el contexto en el que arriba el coronavirus al país. 

A comienzos del 2018, la Argentina contaba con un 27,3% de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) y un 4,9% por debajo de la línea de indigencia (LI). Sin embargo, para 2019, producto de la situación económica existente, ambos índices se vieron a la alza. Los hogares bajo la LP aumentaron a 35,4% y bajo LI a 7,7%. Fue en esta situación crítica que el Gobierno debió hacer frente a la pandemia del Covid-19 y a las consecuencias que las restricciones por combatirla terminaron generando.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC.

 Considerando estos datos, fue que el Gobierno decidió recurrir a transferencias monetarias sin contraprestación (IFE y ATP) para palear la situación. 

El IFE fue un ingreso familiar de emergencia lanzado en marzo de 2020 por el gobierno nacional. Se trataba de una prestación monetaria no contributiva de carácter excepcional. El objetivo era compensar la pérdida (o disminución) de ingresos de las personas afectadas por la emergencia sanitaria a través de la entrega de $10.000 (que terminó siendo extendido a 3 entregas extraordinarias). Sin embargo, este monto nunca fue actualizado, viéndose deteriorado el poder de compra que entregaba con el aumento de la inflación.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC

Según el boletín sobre “El impacto del Ingreso Familiar de Emergencia en la pobreza, la indigencia y la desigualdad” emitido por el Gobierno Nacional, el IFE evitaría entre 5 y 6 puntos porcentuales de aumento en la pobreza y entre 4 y 7 puntos porcentuales en cuanto indigencia (teniendo en cuenta las condiciones que implican el ASPO).

Por otro lado, el ATP fue un programa de asistencia de emergencia al trabajo y la producción (Decreto N 376/2020), conformado por 5 medidas:

1-   Asignación compensatoria del salario

2-   Créditos a tasa cero para monotributistas y autónomos

3-   Créditos a tasa subsidiada convertible

4-   Reintegro de los créditos a tasa subsidiada convertible otorgados en septiembre

5-   Sistema integral de prestaciones por desempleo

El objetivo de este programa era cuidar el trabajo, garantizar la producción y amortiguar el impacto económico generado por la pandemia.

Ambos subsidios económicos, más allá de sus objetivos particulares, buscaron evitar el aumento de la pobreza y la indigencia en el país, y tratar de reducir los altos índices que ambas cuestiones representan dentro de la sociedad. Es por eso que llegaron tanto a hogares pobres, no pobres e indigentes, para lograr de la mejor manera el objetivo propuesto.

Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC 2021.

De esta manera, muy rápidamente se puede concluir que ninguna de las dos trasferencias monetarias realizadas por el Gobierno Nacional funcionaron para detener la caída de hogares en la pobreza o indigencia. Al contrario, para finales del 2020, ambos índices aumentaron de manera pronunciada, finalizando con un 42% de hogares bajo la LP y un 10,5% bajo la LI.

Bibliografía

INDEC. (s. f.). INDEC: Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina. INDEC: Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina. Recuperado 30 de agosto de 2021, de https://www.indec.gob.ar/indec/web/Institucional-Indec-BasesDeDatos