Las causas y consecuencias del estallido social de 2021 en Cuba

Por Florencia Farfán

A mediados de 2021, se desataron en Cuba una serie de protestas sociales que llevaron a que los medios de comunicación pongan a la isla en el centro de atención regional e internacional. Miles de manifestantes salieron a las calles a demostrar su descontento con el régimen cubano, tal como pasó en 1994 con el conocido Maleconazo (BBC, 2021). En este artículo, se identifican tres factores interrelacionados que sentaron las bases de los acontecimientos.

En primer lugar, los factores económicos han sido centrales ya que la isla se ha visto completamente perjudicada con los embargos establecidos por la administración Trump y mantenidos por Biden. Debemos tener en cuenta que, con el paso de los años, la relación Cuba-Estados Unidos sufrió periodos de tensión y momentos conflictivos. Para tener una idea, desde 1960 se han acumulado órdenes ejecutivas y leyes que componen lo que hoy se conoce como el embargo/bloqueo estadounidense contra la isla caribeña (López Levy, 2014). Hoy en día, hablamos de unas 240 sanciones adicionales a las que ya tenía Cuba, entre ellas el cierre de las oficinas de Western Union en la isla que afectó directamente a la población que recibe dólares de sus familiares en el exterior (El País, 2021). Además, la pandemia tuvo consecuencias directas en la economía cubana ya que afectó completamente al desarrollo del turismo, una de las principales industrias de Cuba, que incluso en 2019 ya había tenido un desempeño negativo. Según un estudio económico de América Latina y el Caribe desarrollado por la CEPAL, al cierre de febrero de 2020, se observó una reducción interanual del 16,5% del turismo y, a finales de marzo, se produjo la paralización total del mismo (CEPAL, 2020).

Asimismo, la reforma financiera que entró en vigor a principios de 2021 para unificar el peso cubano y el peso convertible vigente durante 26 años también desestabilizó la economía. Si bien la medida quintuplicó el sueldo mínimo a 87 dólares y aumentó significativamente el resto de los salarios, también hubo un incremento de precios de bienes y servicios. Esto provocó una fuerte inflación y con ello el desabastecimiento y la ausencia de un mercado minorista estable (Rodríguez, 2021).

Consecuentemente, aquí se observa el segundo factor clave en el desarrollo de las protestas que es el descontento social del pueblo cubano (Lima, 2021). Este factor social fue resultado de diversos motivos, particularmente de los factores económicos, los apagones y por supuesto, la aparición de la pandemia. Para tener una idea, la situación económica repercutía fuertemente en la vida diaria de los ciudadanos ya que afectaba a la escasez de alimentos, la falta de dinero, la suba de precios y la estabilidad de un sueldo mínimo. Además, los apagones en la isla eran cada vez más consecutivos y dejaban a la población sin luz y electricidad durante días. De hecho, la pandemia empeoró todo aún más, porque los ciudadanos comenzaron a perder sus trabajos. Por lo tanto, todo este contexto de incertidumbre, de falta de dinero y de trabajo fue el que generó que la población comience a gestar y a expresar este sentimiento de descontento. De todas formas, hay que tener en cuenta que este malestar social era algo que se venía desarrollando, incluso desde antes de la pandemia, ya que en los últimos años era cada vez más notable la desigualdad social, la consolidación de una elite político-militar con privilegios propios y una generación de jóvenes desencantados con el sistema (Serbin, 2021), pero que, sin dudas, se hizo cada vez más notorio con el desate de la pandemia.

Por último, el tercer factor es el factor sanitario que, de alguna forma, también dio lugar a las protestas debido al rebrote muy fuerte de COVID-19 en el mes de julio. Si bien la isla logró mantener el control de la pandemia a principios del 2020 y liderar la creación de vacunas propias (Soberana y Abdala), este rebrote fue el detonante ya que la ciudadanía dio cuenta de que los casos iban en aumento, que los hospitales estaban desbordados y que la distribución de la vacuna era totalmente desigual (El País, 2021). Asimismo, las medidas de prevención, como el cierre de las fronteras, produjeron la ausencia del turismo, principal fuente de ingresos del país. Por lo tanto, se puede argumentar que el descontento social no era algo nuevo en la isla, sino que fue todo un proceso que se fue gestando durante las últimas décadas y que culminó con la crisis del coronavirus, que significó para Cuba su peor crisis económica desde el colapso de la Unión Soviética (Serbin, 2021).

1.1 LA COBERTURA MEDIÁTICA Y LAS DIVERSAS POSICIONES DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Para poder comprender la extensa cobertura mediática sobre los acontecimientos, es necesario tener presente que había diversas perspectivas de los hechos en los medios y en la opinión pública. Por un lado, parte de la sociedad sostenía que las movilizaciones eran contra las medidas del gobierno, contra lo que se estaba viviendo y a favor de un cambio político urgente.  Se movilizaron con los lemas de “Libertad”, “Abajo la dictadura” y “Patria y vida”, siendo el último contrario al lema revolucionario comunista “Patria y muerte”. Estos manifestantes fueron reprimidos y encarcelados, ya que el gobierno de Miguel Diaz Canel habría ordenado a las fuerzas policiales y armadas a reprimir y contrarrestar las protestas en su contra. De hecho, el presidente en una conferencia pública justificó los arrestos ya que sostuvo que estos se produjeron porque los manifestantes habían cometido “hechos que atentan contra la Constitución”, a pesar de que la Carta Magna cubana reconoce el derecho a protestar (Belchi, 2021).

Por el contrario, la postura oficialista sostuvo que todo esto era un movimiento estadounidense para poner en contra a la ciudadanía y para derrocar al presidente. Además, argumentaban que detrás de este movimiento había una estrategia imperialista para que EE. UU. derrote finalmente al comunismo. De hecho, en un acto de respuesta, Diaz Canel llamó a los revolucionarios comunistas a combatir a los cubanos que protestaban. “Estamos dispuestos a dar la vida. Tienen que pasar encima de nuestros cadáveres si quieren enfrentar a la revolución. No vamos a permitir que ningún contrarrevolucionario, mercenario, vendido al imperio estadounidense, vaya a provocar desestabilización”, afirmó el presidente (Infobae, 2021). En otras palabras, el presidente culpabilizó al gobierno de los EE. UU. de estar detrás de todo el estallido social para derrocar al régimen. 

Con respecto a las opiniones de los países vecinos, las protestas en Cuba han dividido a Latinoamérica entre quienes apoyan al gobierno y entre quienes abogan por la salud de los manifestantes (Emol, 2021). Por un lado, Venezuela y Nicaragua defendieron explícitamente al gobierno cubano y apuntaron contra Estados Unidos. Nicolás Maduro sostuvo que los responsables de todas las penurias de Cuba y su destino trágico son los embargos estadounidenses. En esta línea, en una declaración hizo hincapié en que “si de verdad los Estados Unidos y los opositores extremistas en Cuba quieren paliar y ayudar al pueblo, que levanten de inmediato todas las sanciones y el bloqueo contra el pueblo de Cuba” (Emol, 2021). Del mismo modo, el gobierno de Nicaragua argumentó que “Estados Unidos es el principal desestabilizador y destructor del planeta (…) y carga con toda la responsabilidad y culpa de todos los crímenes atroces, de odio y de lesa humanidad que han cometido, y siguen cometiendo, contra los pueblos del mundo” (Emol, 2021).

Por otro lado, los gobiernos de México, Argentina y Bolivia apoyaron al gobierno cubano pero buscando un dialogo entre las partes (Emol, 2021). Los tres países pidieron que las protestas se resuelvan lo antes posible a partir de un diálogo pacífico, rechazando todo acto de violencia y de intervención. Por el contrario, Brasil, Chile, Perú, Uruguay y Colombia han sido críticos del accionar cubano argumentando que se debe garantizar la libertad de expresión siempre a través de formas pacíficas. “El pueblo cubano demuestra un coraje digno de admirar, pero Cuba sigue siendo una dictadura que no respeta los derechos humanos” sostuvo Lacalle Pou.  

Por su parte, la organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también tomaron posiciones frente al estallido. Principalmente, alzaron sus voces a favor del derecho de los cubanos a salir a las calles a protestar. El secretario de la OEA, Luis Almagro, recurrió a Twitter para compartir la posición de la organización y escribió: “reconocemos el legítimo reclamo de la sociedad cubana por medicinas, alimentos y libertades fundamentales. Condenamos al régimen dictatorial cubano por llamar a civiles a reprimir y a la confrontación contra quienes ejercen sus derechos de protesta” (El País, 2021). A su vez, la CIDH denunció que “recibió reportes sobre uso de la fuerza, detenciones, agresiones a manifestantes y periodistas, además de cortes de la señal de internet; así como reacciones estigmatizantes por parte de altas las autoridades contra personas que se manifiestan” (El País, 2021).

1.2  FINALMENTE, SE LOGRÓ ALGÚN CAMBIO SIGNIFICATIVO?

Dicho esto, luego del estallido social y de la repercusión mediática que tuvo el tema en los medios y en las redes sociales, cabe preguntar: ¿las protestas impulsaron y lograron algún cambio visible? ¿En dónde se encuentra Cuba hoy en día? Es evidente que algo cambió en la sociedad cubana para que decidan llevar a cabo estas enormes manifestaciones. Considerando que quizás a corto plazo no se ven cambios significativos -debido a que todo lleva su tiempo y su proceso- hay que reconocer que fue fundamental el hecho de que los cubanos puedan ejercer su derecho a protestar, no importa tanto si a favor o en contra del gobierno, pero era algo que no pasaba hace mucho tiempo en la isla.

Carolina Chimoy (2021) habló con Rainer Schultz, doctor en estudios latinoamericanos de Harvard quien vive en Cuba y sostuvo que, luego de las protestas, el gobierno cubano comenzó a dar cuenta de que tienen una responsabilidad y que deben tomar decisiones para que las condiciones mejoren (Chimoy, 2021). Es por esto que durante este tiempo han estado buscando medidas para aliviar la situación a través del diálogo, asegura Schultz. Si bien hay quienes que no quieren cambiar nada, hay otros que sí y muestran sensibilidad ante lo ocurrido (Chimoy, 2021). Muchos son conscientes de que tienen que atreverse más a realizar cambios ya que las sanciones contra Cuba son algo que efectivamente perjudica al país y la interferencia de afuera complica el proceso de adentro, por lo que el gobierno tiene que tomar responsabilidad y cambiar lo que se pueda (Chimoy, 2021).

De hecho, en el mes de agosto, el régimen cubano aprobó el decreto de ley que autoriza el funcionamiento de las Pymes privadas y estatales, una medida que avanza hacia las reformas económicas en el país que predomina la empresa pública. El decreto se llama “Sobre las Micro, Pequeñas y Medianas empresas” y facilita la inserción de las mismas de forma coherente en el ordenamiento jurídico como actor que incide en la trasformación productiva del país, según la página web de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (Infobae, 2021). Esta era una medida esperada por gran parte de los emprendedores cubanos ya que les permite tener más derechos y reconocimientos. Si bien son avances que van a paso lento, son claves para el bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.

Por último, más allá de que hay algunos mínimos cambios llevados a cabo por el gobierno, hoy en día Cuba continúa estando en una grave situación socioeconómica. La economía sigue estancada y la sociedad sigue reclamando a presos políticos y a personas que quedaron atrapados bajo el régimen luego de las protestas (Diario de Cuba, 2021). Además, los apagones continúan siendo regulares cada día (Diario de Cuba, 2021). Considero que el estallido social y su dimensión internacional hicieron, más que nada, que la comunidad internacional de cuenta de la situación y que las personas alrededor del mundo sean realmente conscientes de la realidad cubana. Cuba es una isla ubicada en el Caribe la cual no ha tenido participación internacional ni tampoco es muy reconocida, por lo que creo que las protestas sirvieron también para este fin. 

BIBLIOGRAFÍA

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Belchi, Antoni. 2021. “A 10 días de las protestas en Cuba: Que ha ocurrido y que esperar? Voz de América, sección América Latina. Consultado el 17 de septiembre de 2021. https://www.vozdeamerica.com/america-latina/cuba-protestas-cambios-que-esperar

Chimoy, Carolina. 2021. “Cuba: el principio de un cambio profundo?” Made for Minds. Sección Actualidad. Consultado el 17 de septiembre del 2021. https://www.dw.com/es/cuba-el-principio-de-un-cambio-profundo/a-58618865

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Infobae, 2021. “Cambios tras las protestas en Cuba: el régimen autorizo el funcionamiento de pequeñas y medianas empresas” Sección América Latina. Consultado el 17 de septiembre de 2021.https://www.infobae.com/america/america-latina/2021/08/07/cambios-tras-las-protestas-en-cuba-el-regimen-autorizo-el-funcionamiento-de-pymes/

Lima, Lioman. 2021. “Protestas en Cuba: 3 claves para entender las manifestaciones en la isla, las más grandes en décadas” BBC News Mundo. Consultado el 17 de septiembre de 2021. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57799956

López Levy, Arturo. 2014. “Después del 17 de diciembre: ¿hacia una relación asimétrica Cuba-EEUU más estable?” Espacio Laical N4, pp 26-31.

Rodríguez, Andrea. 2021. “Que piden los cubanos y que detono la protesta? 5 datos explican lo que pasa” Los Ángeles Times, Sección Internacional. https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2021-07-15/cubanos-protestas-polemica-claves

Serbin, Andrés. 2021. “Cuba: un estallido social inédito” Perfil, sección Internacional. Consultado el 17 de septiembre de 2021. https://www.perfil.com/noticias/internacional/cuba-un-estallido-social-inedito.phtml